Un equipo arqueológico que desde mediados de los años sesenta excava las ruinas de la antigua Dongola, en el desierto de Sudán, descubrió una misteriosa cripta en 1993, pero no se comenzó a excavar hasta 2009. En su interior reposaban varios cadáveres momificados de forma natural, pero más sorprendentes resultaron las inscripciones en griego y en copto que cubrían las cuatro paredes del recinto fúnebre.
No se trata de inscripciones conmemorativas, ni honran a los difuntos de la tumba; más bien buscan ahuyentar al diablo y a los malos espíritus. Los textos han sido estudiados por Adam Latjar, de la Universidad de Varsovia, y Jacques van der Vliet, de la Universidad de Leiden.
La cripta fue hallada bajo unas ruinas bien conservadas que formaban parte del antiguo monasterio de la Santísima Trinidad en Dongola, la antigua capital del reino nubio de Makuria, a orillas del Nilo, que se convirtió al cristianismo y vivió su edad dorada entre finales del siglo VIII y el siglo XII.
La tumba de techo abovedado consta de cuatro paredes. Las inscripciones presentes en tres de ellas están dedicadas a la Virgen María, a quien se le aparece La Muerte en forma de gallo. Las oraciones de María son una expresión de su ansiedad ante la proximidad de la muerte. Reclama su papel como Madre de Dios y, entre otras cosas, reza lo siguiente:
Ahora, oh mi Señor y mi Dios, ha llegado el momento en que llego a ti y tú me muestras misericordia. Retira de delante mío las piedras que obstaculizan el camino, además de los (demonios con) rostros cambiantes. Que caigan aquellos que están a mi mano izquierda ¡y que asciendan llenos de alegría aquellos que están a mi mano derecha!. Las inscripciones también incluyen pasajes de los cuatro evangelios, además de nombres y signos mágicos, según publica el director de la excavación en Historia National Geographic. .
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