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martes, 14 de mayo de 2019

Desvelan la identidad de Jack el Destripador


Pruebas de ADN mitocondrial dictan sentencia y confirman la identidad de Jack el Destripador. Lo ha publicado una revista científica, aquí te mostramos las claves.
Josep Guijarro
Jack el Destripador no ha sido el primer asesino en serie de la historia y, sin embargo, seguimos hablando de los once homicidios que tuvieron lugar en Londres hace más de 130 años, como el paradigma del crimen perfecto. Seguramente porque, hasta ahora, nunca se había conocido la identidad que oculta este pseudónimo… Hasta ahora.
En efecto, un equipo de expertos en ciencias forenses ha revelado ahora en un trabajo publicado en la revista Journal of Forensic Sciences, los detalles de un estudio genético que asegura haber confirmado la identidad de Jack el Destripador.
La investigación parte del análisis de un chal hallado, supuestamente, junto al cuerpo de Catherine Eddowes, la cuarta víctima del Destripador. La ciencia forense de entonces era muy limitada pero, Jari Louhelainen y David Miller, autores del estudio, extrajeron las manchas de sangre y esperma presentes en el tejido para realizar un análisis de ADN mitocondrial
Este ADN mitocondrial es muy útil en medicina legal pues no se recombina y se hereda exclusivamente por vía materna.  Lo que permite su comparación. De este modo, los dos genetistas han dictado sentencia: Jack el Destripador es el pseudónimo de Aaron Kosminski, un barbero de origen polaco y de religión  judía que profesaba  gran odio hacia las mujeres, especialmente a las prostitutas. De hecho estuvo ingresado en un manicomio en marzo de 1889 por sus fuertes tendencias homicidas.
El nombre de Kosmiski ya sonaba entre los candidatos más firmes a ser el responsable de los crímenes pero esta es la primera vez que los detalles de una investigación forense son publicados en una revista científica.
Sin embargo no hay consenso. Los críticos señalan la falta de evidencia fehaciente de que el chal fue hallado en el lugar del crimen o, incluso si así fuera, que pudiera haber sido contaminado por las personas que tocaron esa prenda con las manos. Por otro lado, los informes médicos  alejan a Kosminski de la imagen de maníaco homicida misógino. Según los doctores que lo trataron, ni era suicida ni representaba un riesgo para otras personas.
Su nombre salió a colación porque un testigo lo vio  deambular por el lugar del crimen pero no testificó contra él por tratarse de otro judío.
Catherine Eddowes murió asesinada el 29 de septiembre de 1888. Mostraba un profundo corte en la garganta. Estaba  recostada en el suelo sobre su costado izquierdo, con sus ropas estaban en perfecto orden, como si hubiera sido colocada con delicadeza. En su mano izquierda había un paquete de pastillas para el aliento y la derecha estaba manchada de sangre por la palma y el dorso.
La fascinación que despierta este criminal debe enmarcarse en el nacimiento de la prensa moderna, capaz de difundir la información y crear mitos de forma imparable lo que ha llevado a Jack el Destripador a ser protagonista de multitud de libros, películas y convertirse en un clásico del terror.

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