Un ivestigador afirma haber descubierto sistema de escritura astronómico de hace 30.000 años oculto en la fortaleza megalítica peruana de Sacsayhuamán. Josep Guijarro |
Situada a dos kilómetros al norte del Cusco, en Perú, se erige una misteriosa fortaleza ceremonial. La llaman Sacsayhuamán que, en quechua significa “lugar donde se sacia el halcón”.
Compuesta por inmensos y aterciopelados bloques piedra -de hasta nueve metros de altura-, la fortaleza desconcierta a los viajeros y especialistas que no pueden dar respuesta a cómo los antiguos incas trasladaron estas titánicas rocas y las ensamblaron con precisión, creando ángulos imposibles, de forma irregular. Uno de los estudiosos que ha tratado de explicar no el cómo pero si el por qué, es el Dr. Derek Cunningham, un investigador que ha propuesto una controvertida teoría que podría explicar la funcionalidad de algunos de los gigantescos bloques de piedra empleados en Sacsayhuamán.
Los constructores de Sacsayhuamán desarrollaron un confuso sistema de escritura con ¡30.000 años de antigüedad!
Cunningham, es autor del libro The Map That Talked que ahonda en los misterios de la prehistoria. Se ha salido de las teorías más ortodoxas para sugerir que los constructores de Sacsayhuamán desarrollaron un intrincado sistema de escritura que se remonta ¡30.000 años atrás! En ese caso, no sería los incas sus arquitectos sino una civilización avanzada de la que hemos perdido la memoria.
En su opinión, esta antigua forma de escritura constituye la base de las formas geométricasque tendrían en cuenta el movimiento de la Luna y el Sol. Según su teoría, los valores astronómicos considerados como centrales para prever los eclipses se convierten en "valores angulares"… los que forman las piedras de la monumental muralla (ver plano).
“Cada valor astronómico –dice el experto en un trabajo publicado en en Popular Archaeology- fue elegido por los antiguos astrónomos para ayudar a la predicción de los eclipses.”
En términos astronómicos se trata de una mezcla de los valores que se usan para medir el tiempo (mes sideral 27,32 días) y los valores para determinar cuándo la Luna, la Tierra y el Sol se alinean en los nodos. Esto incluye el uso del ciclo nodal de la luna de 18,6 años, el período de 6,511 meses dracónicos entre las temporadas de eclipses, y también el ángulo de 5,1 grados de inclinación de la órbita de la luna. Los valores restantes normalmente son o bien los valores de la mitad de los diversos términos lunares, o valores vinculados a la diferencia de 11 días entre los años lunares y solares.
Cunningham sugiere que su análisis de la fortaleza de Sacsayhuamán es solo un caso de "escritura" astronómica de la Edad de Piedra. Ha encontrado formas similares en un gran número de enclaves del pasado en varios continentes: En las cuevas de Lascaux y Chauvet en Francia, el hueso tallado en Ishango, (África) y una piedra tallada de alrededor de 30.000 años atrás en un yacimiento paleolítico en Shuidonggou, China, que es el más antiguo y el que establece la antigüedad del “lenguaje”.
La pregunta que se hizo Cunningham es si las enormes paredes poligonales de Sacsayhuamán se alinean con los valores astronómicos exactos que se usan en las figurillas muiscanas de Colombia y en el gigante de Atacama de Chile. Y, el resultado sorprendente es que sí.
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